Un negocio opaco, tan negro como su refresco estrella, inició la multinacional PepsiCo. con autoridades de la Secretaría de Educación de Veracruz.
Lo anterior, luego de que GEPP, la subsidiaria de Pepsi, ofreciera una suma de seis millones de pesos a la dependencia educativa para obtener la exclusividad en la venta de sus bebidas en las tiendas escolares del estado de Veracruz.
Pero además de las gaseosas altas en azúcar, se abriría la puerta para que Pepsi acerque a los estudiantes veracruzanos un catálogo de productos altamente endulzados, con un elevado contenido en lípidos, almidones, carbohidratos y sodio, a pesar de la epidemia de obesidad infantil en los planteles educativos de todo el país: papas fritas, galletas, frituras de maíz, cereales condimentados con aditivos y bebidas con fructuosa.
La transacción implicaría un ingreso para la Secretaría de Educación de Veracruz de seis millones de pesos; de los cuales, 2 millones los pagaría la refresquera por derechos de imagen, esto es, las tiendas escolares igual servirían de cartelera publicitaria de la Pepsi.
Y además, la productora de la gaseosa negra pagaría una aportación de cuatro millones de pesos a la Secretaría de Educación, por concepto de “apoyo” a los programas de la dependencia.
El monto del convenio, que aún está pendiente de firma, lo admitió el propio secretario de Educación, Zenyazen Roberto Escobar García, y defendió dicha propuesta monetaria nuevamente minimizando sus acciones a comparación de sus antecesores.
“Hoy les puedo decir que tenemos treinta millones de pesos en este fideicomiso que se llama Pacse, y el tema de la refresquera es la aportación que está ofreciendo la empresa son cuatro millones de pesos y dos millones en imagen”, alegó, sin aclarar en qué consistirá dicho negocio, las cláusulas para resarcir este o si la embotelladora pagó sumas adicionales a los funcionarios por abrirle las puertas a las tiendas escolares.
