Por José Luis Pacheco Espinoza
La victoria de Oscar Valdez sobre Miguel Berchelt deja muchas dudas sobre la eficacia del cuerpo arbitral en el boxeo internacional, fue un nocaut fulminante en 10 rounds que pudo evitarse, porque incluso pudo terminar en una tragedia.
Desde el inicio de la pelea, El Alacrán Berchelt se veía torpe en sus movimientos, como que no coordinaba, le pesaba caminar en la lona; bueno, considerando esto porque no era un novato, sino un campeón mundial, con 37 peleas ganadas y apenas una derrota.
Si el réferi y sus jueces veían que El Alacrán estaba muy mal debieron detener el desigual combate, porque estaban poniendo en riesgo su vida.
El Alacrán dio muestra de su fortaleza física, pero su cerebro estaba en otro lado, piernas tambaleantes, todos lo veíamos, hasta los narradores de la televisión; mis respetos para Julio César Chávez, quien pedía una y otra vez que detuvieran la pelea porque el Alacrán se veía mal, hasta se le salió decir al aire el grito que ya le dio la vuelta al mundo en redes sociales: “ira, ira, no mamen”, luego entre carcajadas les decía a sus compañeros de narración “perdón”, pero ya había soltado sus palabrotas, pero cuánta razón tenía JC, pues la pelea debió pararse desde el cuarto round.
Este pleito entre mexicanos apuntaba para ser la pelea del año, dos grandes noqueadores frente a frente, pero por la pandemia no se hizo el año pasado, lamentablemente Berchelt tuvo Covid, se repuso, pero no estaba aún en condiciones de aceptar la pelea, su equipo debió negarse a pelear porque no estaba al cien por ciento de su capacidad, pero pudo más el dinero que la salud, eran muchos millones de pesos los que estaban de por medio.
Hay una imagen que han estado publicando en redes sociales, cuando Valdez va a ver a El Alacrán, ya sentado, ya despierto del fulminante nocaut que lo durmió, pues cayó inconsciente, y dicen que fue a ver como se sentía, a ver si estaba bien; si Valdez hubiera estado preocupado, antes de estar festejando lo primero que hubiera hecho era esperar a que su rival despertara del nocaut.
Esa foto es más que nada parte de la mercadotecnia del equipo del entrenador Reynoso, mismo equipo del Canelo Álvarez y Andy Ruiz; El Alacrán no estaba listo para esa pelea, porque venía de estar convaleciente por Covid-19, pero como había mucho dinero de por medio, el equipo del Alacrán tuvo que aceptar sin medir las consecuencias, les faltó el valor de decir “no”.
Una situación similar le pasó al estadounidense Caleb Plant, a quien el año pasado pretendían enfrentar con El Canelo Álvarez, pero Caleb no aceptó, señalando que le avisaron con muy poco tiempo de anticipación (dos meses antes) y no sería cualquier pelea, no estaría preparado.
Ahora el campeón supermediano de la FIB dice que ya está listo para enfrentar al Canelo, para demostrarle quien es el mejor en esa categoría, pero ahora el equipo del Canelo es el que no quiere enfrentarlo; el sábado van contra Avni Yildirim, quien tiene dos años sin pelear, ojalá no sea otra pelea muy dispareja que solo arroje comentarios negativos contra el mexicano, ojalá que no sea una pelea arreglada más para que El Canelo siga demostrando que es el mejor.

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