Al mal tiempo, buena cara. Llegó el momento de quitar la última hoja del calendario, el año 2020 llega a su fin y no voy a decir “al fin se acabó” porque en realidad fue un año difícil pero la vida sigue adelante, hoy es 2020 pero mañana ya será 2021 y todo seguirá igual con ritmo vertiginoso, con altibajos, un año muy distinto a lo acostumbrado, atípico dijeran algunos, pero debemos pensar que si ponemos de nuestra parte podríamos ver cosas favorables, no hay que rendirse, no hay que dejar de tener Fe, creer en algo o en alguien, porque la Fue mueve montañas.
Sin lugar a dudas el 2020 fue un año bastante difícil en todos los sentidos de la vida, un año severamente golpeado por donde se le vea y en el renglón deportivo no hubo excepción, puesto que llevó primero a la postergación de algunos eventos y en la mayoría de los casos a la cancelación definitiva, sobre todo que estaba y sigue estando aún de por medio la salud, y la vida misma, de la población en general.
Hay un refrán que dice “Hay más tiempo que vida” y con apego al mismo es que hemos aceptado muchos cambios incluso a nivel mundial, como fue la suspensión de los Juegos Olímpicos Tokio 2020 que en el contexto deportivo es la máxima justa en el planeta, antes solo envolvía el nivel amateur, pero de un tiempo a la fecha ha involucrado también el profesionalismo y eso ha generado que el olimpismo se agigante aún más.
Deportes masivos cancelados como carreras de ruta, maratones internacionales y también torneos de gran importancia cancelados, y además vimos algo increíble: tener actividad de distintos deportes del medio profesional a puerta cerrada, sin gente en las gradas, lo que antes era un duro castigo para un equipo esta vez se vio ya como algo normal.
Con todo lo que hemos visto pasar a causa de la pandemia por el nuevo Coronavirus, que como sabemos trajo la enfermedad Covid-19, nos ha llevado a hacer cambios drásticos en nuestro ritmo de vida, lo vivido, y padecido, durante todo el año 2020 nos dejó muchas enseñanzas, nos enseñó a apreciar cosas que quizás antes no le dábamos el justo valor, nos hizo ser más responsables de nuestros actos, con esto hemos aprendido mucho en varios aspectos, estoy seguro que todos aprendimos a valorar algo, por insignificante que parezca, que antes lo tomábamos a la ligera.
Dicen que “No hay mal que por bien no venga”, entonces hay que ver las cosas con optimismo, claro que sin bajar la guardia porque esto aún no termina, este mal todavía nos acecha y con mucha fuerza, no hay que confiarse, no debemos exponernos a la enfermedad porque indirectamente exponemos a nuestras familias.
Debemos pensar que el año 2021 será complicado pero puede ser mejor, pero debemos cuidarnos, les invito a usar cubrebocas, es muy útil e importante aunque nuestras autoridades a nivel nacional, el Doctor Gatell y el propio López Obrador, nos digan que no es tan indispensable, se sabe a nivel mundial que en otros países los cubrebocas han ayudado a contener la enfermedad que nos está azotando así que hay que usarlo responsablemente, hay que evitar las aglomeraciones y sobre todo echarle ganas a nuestras actividades.
Por último, desde esta “Tribuna Central”, título impuesto por un servidor a esta columna que nació aquí en el diario La Opinión desde el año 1992, les deseo con todo respeto un agradable fin de año y que el 2021 les dé a todos y cada uno de ustedes salud y bienestar tanto personal como familiar y laboral.
Por José Luis Pacheco Espinoza

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