TRIBUNA CENTRAL

Por José Luis Pacheco Espinoza
Hay muchos deportistas que son auténticas leyendas por las proezas que logran realizar y en el atletismo sucede lo mismo, y es que el atletismo de ruta o de calle sigue haciendo historia ya que ahora está cada vez más cerca la oportunidad de ver que un ser humano corra el maratón, 42.195 kilómetros, en menos de dos horas.
El atleta keniano Eliud Kipchoge a sus 37 años de edad se quedó muy cerca de bajar de las dos horas al ganar el pasado fin de semana el Maratón de Berlín, en Alemania, con un tiempo de 2 horas, 1 minuto y 9 segundos. Lo que representó nuevo récord mundial para la distancia.
Se tienen que conjugar muchos factores para lograr esto, pero sobre todo la preparación física y metal del corredor. La del domingo en la capital de Alemania fue una mañana muy fresca, clima ideal para correr, pero a la larga zancada de Kipchoge le iba abriendo paso una camioneta guía que fue retirada por los organizadores, por reglamento de competencia la sacaron de la ruta al pasar el kilómetro 25, pero le siguieron marcando el ritmo las dos “liebres humanas”, que en este caso eran los atletas africanos, contratados por Kipchoge, Noah Kipkemboi y Moses Koech, ellos le iban marcando el impresionante ritmo que llevaba.
Increíblemente pasó el Medio Maratón, 21. 0975 kms, en un tiempo de 59:51 minutos, siendo esto fabuloso porque nunca se había visto ese ritmo, pues siempre se había pasado el Medio Maratón por encima de la hora.
Las épocas van cambiando, en la vida se va conjugando la tecnología en la preparación de los atletas, incluso en esta competencia al máster keniano estaba usando un nuevo modelo de tenis, los Nike “Alphafly 2” que algo deben de tener para mejorar el rendimiento del usuario. Y lleva además en un brazo un marcador de sus niveles de glucosa, que le permiten saber que “todo va bien”.
Pero bueno, antes de esto está la preparación de Eliud Kipchoge, quien vive en el Valle del Rift en Kaptagat, que es un asentamiento humano en el Condado de Uasin Gishu ubicado en el suroeste de Kenia, aquí va lo bueno, cuya altitud sobre el nivel del mar alcanza los 2,448 metros.
Entrenar diariamente en esas condiciones favorece mucho su condición física y le permite desafiar los 42 kilómetros a un ritmo sostenido por debajo de los 3 minutos por kilómetro. Los atletas kenianos ganan en el atletismo no por el hecho de ser kenianos, como algunos piensan, sino por su férrea mentalidad y marcada disciplina.
Aquí en México, en Toluca, hace algunos años a un corredor de Poza Rica lo invitó Germán Silva a sus cabañas que tiene en su centro de Alto Rendimiento donde entrenan atletas kenianos; un mes estuvo allá y regresó diciendo que no aguantó el ritmo de los entrenamientos.
Me comentó que sí les cuidan mucho la alimentación y sobre todo el descanso, tienen médicos especialistas que los checan; los entrenamientos son muy pesados, algunas mañanas salían a correr 10 kilómetros, “parece que estábamos en una competencia”, decía, pero eso no era todo, pues ya por la tarde, a las 6, tenían que salir nuevamente a un “trote ligero” para relajar los músculos, en realidad eran otros 10 kilómetros con ritmo sostenido a 4 minutos, y al siguiente día levantarse a las 5 de la mañana a hacer nuevamente la distancia fuerte, no aguantó el mes de entrenamiento y si dijo “están muy locos”, en esa constancia está el éxito que tienen.

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