Tribuna Central

Por José Luis Pacheco Espinoza

Se supone que el deporte infantil y juvenil en todas las disciplinas y modalidades es formativo y debe ir de la mano con el sistema educativo, aclaro, se supone.

El pasado fin de semana circuló en redes sociales el video de una batalla campal entre futbolistas infantiles en un campo aquí en Poza Rica, no menciono equipos, ni a la liga a la que pertenecen porque aun cuando sí tiene mucho que ver, considero que lo más importante es analizar qué es lo que pasa con la formación de los niños, muchos de los cuales aspiran, o al menos sueñan, con tener la oportunidad de jugar a nivel profesional, y no solo en futbol sino en todas las disciplinas es igual.

La buena conducta dentro y fuera del terreno de juego debe ser prioridad, de nada le sirve a alguien ser el mejor deportista o haber sido el mejor en un determinado encuentro deportivo si al final se involucró en un acto de indisciplina, más si se trata de un pleito donde puede más de uno resultar lesionado por un golpe recibido o una mala caída por correr para evitar ser golpeado.

En las escuelas hay reglas estrictas para evitar que los niños y jóvenes digan malas palabras o groserías como igual se le conoce, y para no participar en actos vandálicos; pero todo esto se viene abajo cuando los niños y jóvenes quieren practicar su deporte preferido extraescolar porque en el campo parece ser que todo se vale, decir malas palabras, insultar, agredir, si lo hacen durante un partido los amonestan o los expulsan y ahí queda todo porque no hay sanciones internas por mala conducta dentro del equipo.

Voy a comentar algo que ya lo he dicho en pláticas informales, fue dos años antes de iniciada la pandemia, en un campo de futbol un sábado por la mañana  había un partido entre niños de 10-11 años, había mucho bullicio por parte de la gente que veía el juego, me acerqué a ver un rato, cerca de la línea de banda, en el segundo tiempo en una barrida un niño cae y se queja agarrándose la pierna (tipo Neymar sus gritos), cerca de donde yo estaba, llegaron el DT y su auxiliar y escuché que el DT le dijo al niño, “ahí quédate, no te pares”, mientras el pequeño seguía “quejándose de dolor”, el DT además hacía lo suyo ante el árbitro y prácticamente obligó a que expulsaran al niño que había “pegado”, una vez expulsado el “agresor” el DT se volvió a agachar con el niño “lastimado” y le ayudó a pararse, le dio una palmadita en la espalda y le dijo “bien hecho, vamos, eso es todo, vete al área a rematar”, el niño corrió al área, ¡se le olvidó que estaba lastimado!, ya había “hecho su trabajo” y lo que pensé es que cómo es posible que desde esa edad enseñen a los niños a engañar, a jugar con trampas y que el juego limpio se vaya a la basura.

La disciplina está desde los entrenamientos, he escuchado cómo algunos entrenadores insultan a sus niños y los papás los dejan “porque así aprende”, no es así, un jugador forja su carácter con disciplina, con entrega y no siendo rebajado o insultado por su entrenador, hay quienes dicen que quienes van a la cancha a tirar golpes mejor deberían de dedicarse al boxeo o a las artes marciales porque son buenos tirando golpes o patadas, pero no es así, los boxeadores y los artemarcialistas están bien educados, entrenan bajo estricta disciplina y no es lo mismo ser boxeador o artemarcialistas, y en un combate enfrentar con estilo y técnica a un rival, que un niño o joven tirando patadas o golpes por la espalda a sus compañeros de deporte solo porque le ganó en el partido, a eso se llama vandalismo; considero que aún es momento de poner las cartas sobre la mesa y que directivos de ligas y padres de familia pongan orden antes de que el día menos pensado haya lesionados graves en otra lamentable batalla campal.

Para cerrar le dejo esta reflexión: en la escuela si el maestro le llama la atención al niño los papás buscan la forma de que corran al maestro, en el campo de juego si a ese mismo niño el entrenador lo insulta los papás están contentos y felicitan al entrenador porque así su hijo será mejor futbolista.