Estados Unidos.- Están empezando a surgir algunas pistas sobre los precios que tendrá la vacuna contra el coronavirus.
Moderna, con sede en Cambridge, Massachusetts, uno de los principales caballos en la carrera de vacunas, ya ha realizado acuerdos a entre $ 32 y $ 37 dólares por dosis de su vacuna experimental contra el coronavirus en acuerdos con algunos países extranjeros, lo que molesta a los defensores de los consumidores, que temen un trato injusto. para contribuyentes estadounidenses.
Estos precios de Moderna reflejan “acuerdos de menor volumen”, dijo el gerente general de Moderna, Stéphane Bancel.
Aun así, los defensores están preocupados. Moderna ha estado desarrollando su vacuna con cientos de millones de dólares de ayuda del gobierno federal.
A mediados de abril, la farmacéutica ganó un premio de $ 483 millones de BARDA, la Autoridad Federal de Investigación y Desarrollo Biomédico Avanzado, para la investigación y el desarrollo de su vacuna contra el coronavirus. Y, en última instancia, ese premio podría valer casi $ 1 mil millones si la compañía cumple con todos sus objetivos bajo el contrato, según los registros federales.
Moderna ha estado trabajando en su vacuna con el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, que anticipa gastar $ 410 millones adicionales en el esfuerzo. Esto incluye dinero para investigación clínica temprana y preclínica, pero la mayor parte se destinará al ensayo clínico de fase tres crucial que comenzó el 27 de julio e incluirá hasta 30.000 personas.
Dada la inversión inicial en la vacuna Moderna por parte del gobierno, existen serias dudas sobre su eventual precio. “Es un ejemplo clásico de contribuyentes que pagan dos veces por los medicamentos”, dice Zain Rizvi , investigador de leyes y políticas de Public Citizen centrado en productos farmacéuticos. “Ahora quiere dar la vuelta y cobrar a esos mismos contribuyentes el precio público más alto por una posible [vacuna] COVID-19. Eso es indignante”.
El gobierno federal ha estado anunciando acuerdos de adquisición en los últimos meses con compañías farmacéuticas que forman parte de Operation Warp Speed, el impulso de la administración Trump para tener una vacuna ampliamente disponible para enero. Hasta ahora, los precios implícitos en los acuerdos publicados públicamente oscilan entre $ 4 y $ 20 por dosis.
El contrato de adquisición de Moderna con Estados Unidos no se ha anunciado, pero un portavoz de la empresa le dijo a NPR en un correo electrónico que está “comprometida con la fijación de precios responsables”.
El acuerdo de Pfizer con el gobierno federal es el más lucrativo hasta la fecha. El gobierno acordó comprar 100 millones de dosis de la vacuna contra el coronavirus Pfizer, desarrollada con la firma alemana de biotecnología BioNTech, por $ 1.95 mil millones. Eso equivale a alrededor de $ 20 por dosis.
Dado que el contrato de Pfizer no incluía fondos de investigación del gobierno federal, no está bajo la misma presión que algunos de los otros fabricantes de vacunas para mantener los precios bajos para los contribuyentes estadounidenses.
Se espera que las vacunas Moderna y Pfizer requieran dos dosis para proteger contra el coronavirus.
El 21 de julio, la representante federal Jan Schakowsky , demócrata por Illinois, preguntó a los fabricantes de vacunas en una audiencia del Comité de Energía y Comercio de la Cámara si se comprometerían a vender sus vacunas “al costo”, es decir, sin fines de lucro.
Primero se dirigió al presidente de Moderna, Stephen Hoge. “No lo venderemos a precio de coste”, respondió.
“¿Vas a qué?” ella preguntó.
“No lo venderemos a precio de coste”, repitió. “No, señora.”
Merck también se negó a hacer esta promesa durante la audiencia. AstraZeneca dijo que su acuerdo existente con Estados Unidos no generó ganancias, y Johnson & Johnson dijo que no obtendría ganancias “durante la pandemia”.
Moderna ve el precio de su vacuna contra el coronavirus en dos etapas: el período pandémico y el período endémico, dijo el miércoles el CEO Bancel durante la conferencia telefónica.
“En Moderna, como muchos expertos en salud pública, creemos que el virus SARS-CoV-2 no va a desaparecer, y que será necesario vacunar a las personas o darles un impulso durante muchos años por venir”, dijo a los inversores.
Durante el período de la pandemia, dijo que la vacuna tendría un precio “muy por debajo del valor”, pero que luego estaría más en línea “con otras vacunas comerciales innovadoras”. Eso significa que los precios podrían subir.
Esa perspectiva de precios en dos niveles resalta el paso en falso del gobierno de los Estados Unidos al no agregar cláusulas de precios razonables a sus contratos con los fabricantes de medicamentos, dice Kathryn Ardizzone , abogada de Knowledge Ecology International, un grupo de interés público sin fines de lucro que trabaja en temas de propiedad intelectual.
“La realidad es que esto no es solo un acuerdo de libre mercado”, dice. “El gobierno de los Estados Unidos ha invertido mil millones de dólares para el desarrollo de la vacuna, y al hacerlo, debería haberse dado cuenta de que tiene un apalancamiento significativo y términos de contrato [negociados] que son favorables para el público estadounidense y mundial”.
No todo el mundo está de acuerdo. Adam Mossoff , profesor de derecho en la Universidad George Mason que se especializa en propiedad intelectual, dice que los esfuerzos para controlar los precios de las vacunas y los medicamentos durante la pandemia de COVID-19 podrían tener efectos dominó en la industria biofarmacéutica y, en última instancia, sofocar la innovación.
Él dice que es una pendiente resbaladiza decir que los contribuyentes pagan dos veces por los productos farmacéuticos porque también financiaron parte de la investigación. “Debido a que el gobierno está involucrado en todo en nuestra sociedad, los principios que estamos estableciendo justificarían que el gobierno imponga precios no solo a los medicamentos sino también a todos los productos y servicios, desde automóviles hasta teléfonos inteligentes”, dice.
No está claro exactamente cuánto de la factura están pagando los contribuyentes por la vacuna de Moderna. En virtud de su contrato con BARDA, Moderna debe revelar periódicamente la proporción de sus fondos que proviene del gobierno federal. Public Citizen y Knowledge Ecology International dicen que no.
“Parece estar violando ese contrato y minimizó implícitamente el papel crítico de los científicos federales en sus comunicados de prensa”, dijo Rizvi de Public Citizen. “Esto es impactante de alguna manera, pero también es solo otro ejemplo de la eliminación de la ciencia financiada con fondos públicos que las grandes corporaciones farmacéuticas suelen hacer”.
Gary Disbrow, director interino de BARDA, respondió a los grupos el jueves por la noche.
“La confianza del pueblo estadounidense es vital en la respuesta de todo Estados Unidos a la pandemia de COVID-19 en curso”, escribió Disbrow, destacando el compromiso de sus colegas con la transparencia con respecto al desarrollo de vacunas. El oficial de contratación responsable del contrato de Moderna se ha puesto en contacto con la empresa y velará por el cumplimiento de sus requisitos contractuales ”.
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