Castillo de Teayo, Ver. – Varias familias de la cultura Otomí asentadas en la zona de Castillo, continúan reforzando y manteniendo vivas diversas tradiciones, las cuales datan desde la época prehispánica y se han ido abriendo paso hasta la modernidad, las cuales son practicadas en diversos puntos del municipio.

Uno de los principales festejos y de los más importantes, es el de día de muertos, el cual, a diferencia de la cultura católica, comienza a prepararse desde el mes de septiembre con una seria de ofrendas, la primera se hace el día 29 en honor a San Miguel, la segunda el 04 de octubre a San Francisco de Asís mientras que la cuarta es el 18 de octubre a San Luca.

 Durante este día, se coloca el altar, pero a diferencia del tradicional, este es adornado por un solo arco en el cual se coloca una peculiar flor, la cual solo se puede conseguir durante esta fecha y temporada del año, la flor de “San Lucas”, mientras que las primeras ofrendas son bendecidas con agua bendita y copal, para que pueda ser alcanzadas por los difuntos.

Marco Tolentino Tolentino, escultor de la colonia La Florida, el cual es un asentamiento Otomí destaco que, durante estas fechas, se espera a las personas que perdieron la vida por causas no naturales como lo es el caso de las madres y niños que murieron durante el parto y quienes sufrieron algún accidente trágico, ya sea en carretera o les arrebataron la vida.

“El arco representa la entrada al mundo terrenal y por donde ellos pueden pasar, por lo que incluso antes de colarse la ofrenda, el altar se debe copalear, para que los difuntos lo puedan ver, posteriormente a esto se bendice y se coloca la ofrenda, la cual, sino se pasa por este mismo rito, los muertos no pueden aprovecharlo”

Marco Tolentino, dijo que estas tradiciones han ido pasando de generación en generación e incluso muchos niños preguntan sobre que se trata, por lo que ellos les inculcan la importancia que representa para ellos el fomentar esta actividad.