Poza Rica, Ver.- En la ciudad de Poza Rica así como en lugares circunvecinos se está dando un reciente crecimiento exponencial de casas y locales improvisados en donde se practican tatuajes clandestinos, estos sitios no están bien adaptados con la higiene y asepsia que se requiere, ni cuentan con el material esterilizado correctamente, poniendo en riesgo la salud de todos aquellos que se quieran exponer a adquirir los servicios que aunque son más baratos, presentan un índice de mayor peligro.
En las redes sociales se anuncian estos pseudoartistas de la piel, que realizan modificaciones corporales que van desde perforaciones hasta tatuajes o escarificaciones así como implantes, y que se puede ver en distintas partes de la ciudad estas casas y locales que ponen su publicidad como una opción económica para estar a la moda.
Actualmente las autoridades correspondientes están otorgando permisos a los sitios que si cumplen con las normas de salubridad e higiene, los cuales sino presentan anomalías que deterioren la salud de sus usuarios, pueden tener los documentos que acrediten al estudio de tatuajes como un lugar apto para que los ciudadanos plasmen este tipo de obras de arte en su piel.
Algunas personas que desconocen este tipo de procedimientos, e ignoran la sanidad que se necesita, y que son llevados a cabo con material quirúrgico y herramientas debidamente esterilizadas con el equipo adecuado, el cual por sus costos tan altos son difíciles de adquirir para los tatuadores improvisados, que incluso hasta desconocen la asepsia que requieren los equipos para este tipo de trabajos.
Es por eso que alertamos a los ciudadanos a que no se expongan en lugares que no están regulados por las autoridades correspondientes, ya que si no se ocupa la desinfección adecuada pueden exponer su salud a infecciones así como a enfermedades como hepatitis o Sida, los cuales pueden deteriorar su salud de manera crítica o hasta pueden provocar la muerte por los deseos de adornar su piel.
Por: Marco Antonio Palmero Alpírez
Fotografía: Rafael Rodríguez Ávila