Policías municipales en pleno zafarrancho

De manera extraoficial se dio a conocer que el sábado 25 del presente mes, elementos de la Policía Municipal protagonizaron un zafarrancho en la Plaza Cívica 18 de Marzo al parecer por cuestiones de índole pasional, en los que se vio inmiscuido el Comisario Sebastián Antonio Cruz, conocido como Galeno.
De acuerdo a un comunicado hecho llegar a esta redacción, el día antes citado alrededor de las 20:30 horas llegó al punto en mención el elemento David Castillo, apodado El Chino, quien es señalado de haberle orquestado un escándalo por celos a su pareja sentimental, la policía de nombre Yesica, con el distintivo “Zafiro”, quien en ese momento estaba de servicio.
A quien intentó golpear quitándole el arma de cargo con la cual le apuntó a la cara, mientras que otros elementos llegaron a calmar los ánimos, pero de acuerdo con testigos, a punto estuvo de convertirse en una batalla campal que afortunadamente no pasó a mayores.
En el comunicado se explica que David Castillo gritaba “Conmigo no se metan porque yo soy escolta del alcalde y los voy a correr”, pero aun con todas las amenazas vertidas fue sometido y lo subieron a una patrulla para trasladarlo a la comandancia de la policía municipal, ubicada en la colonia Sector Popular.
Cabe hacer mención que al igual que el actual Comisario de la Policía Municipal, Sebastián Antonio Cruz, los dos eran elementos rasos en la corporación estatal, pero a este último se le dio el mando superior por el simple hecho de haber sido el chofer del actual alcalde de Poza Rica cuando estuvo en campaña.
Como se dio a conocer en este medio de comunicación, la mayoría de los elementos de dicha corporación no cuentan con certificación alguna y ni siquiera cuentan con el examen de control y confianza actualizado y de acuerdo al perfil que desempeñan.
En el caso de El Chino y Galeno, los dos no cuentan con preparación profesional ni educación moral, lo que en reiteradas ocasiones los ha llevado a cometer diversos actos e irregularidades que han tapado para que no salgan a la luz pública.
Como el hecho de condicionar los cargos al interior de la corporación, sobre todo a las mujeres, a quienes se les piden favores que pueden calificarse como violencia de género, pero que debido al temor no son denunciados.