Pierden sus huertas por falta de mantenimiento

Tihuatlán, Ver.- Aunado a plagas con el llamado Dragón Amarillo y Virus de la Tristeza de los Cítricos, los productores de naranja de la región enfrentan otro grave problema: la invasión de muérdago, una planta parásita comúnmente denominada “secapalo”.

Parcelas enteras se observan invadidas de la planta parásita, que en poco tiempo abraza las ramas de los naranjos y causa severo daño, pues los árboles dejan de respirar y mueren secándose lentamente.

La práctica para acabar con la plaga es desprender de las ramas de los árboles de manera manual el “secapalo”, labor que resulta costosa cuando la invasión es extrema, ante lo cual los citricultores toman medidas extremas y han decidido talarlos por completo.

El ataque se ha diseminado en huertas ubicadas tanto en Tihuatlán, Álamo y Castillo de Teayo, así como en otras demarcaciones, indicó al respecto el ingeniero agrónomo Sergio Ruiz Valencia, de la comunidad La Bomba.

“Nos está pegando duro y por todos lados se ven naranjales afectados de plaga y de secapalo. Algunos compañeros de varias comunidades ya están cortando los árboles”, indicó a su vez el señor Plácido Osorio Martínez, comisariado ejidal de Palma Real, en el vecino municipio de Castillo de Teayo.

De acuerdo con especialistas, las aves depositan las semillas sobre la corteza del árbol, y al brotar el muérdago la raíz penetra firmemente en las ramas de los naranjos, formando un denso follaje que absorbe la nutritiva savia elaborada del árbol.

El ”secapalo” crece rápido y si la planta se arranca es probable que vuelva a crecer, por lo que es necesario podar toda la rama y sellar con fungicida, pero en casos extremos, cuando la maleza ha invadido por completo los naranjos, los productores optan por contarlos.