Ya fue anunciado el nuevo Plan Estratégico de Pemex 2025-2035, que incluye esa técnica nociva que daña al ser humano y al medio ambiente.
POR ROBERTO AGUILAR TOLENTINO
Poza Rica, Ver.- Pese a la promesa de la pasada administración federal de parar las operaciones de extracción de hidrocarburos por medio de la técnica de fracking, jamás cumplió, y el actual gobierno recién anunció el nuevo Plan Estratégico de Pemex 2025-2035, que contempla usar esa técnica nociva para el ser humano y el medio ambiente.
Así lo dieron a conocer en un comunicado activistas de Alianza Mexicana contra el Fracking, donde resaltan que esto es una traición al pueblo, porque el nuevo Plan Estratégico de Pemex contempla el uso de fracking para la extracción de gas.
Señalan que el fracking degrada los ecosistemas locales al contaminar acuíferos y cuerpos de agua superficiales, deteriorar el suelo y liberar metano y otros gases que agravan la contaminación atmosférica y la crisis climática.
Señalan que el plan tiene entre sus objetivos el incremento de la producción de gas a través de fracking, “aunque de forma tramposa omiten nombrarlo, diciendo que estimularán yacimientos de geología compleja, en una estrategia para confundir y escudarse frente a la ciudadanía que hemos exigido por más de una década la prohibición”.

Lamentaron que “no hay mención a los impactos socioambientales acumulados de la industria petrolera, que incluyen violaciones a derechos fundamentales como el derecho al medio ambiente sano, al agua y a la salud, ni se garantizan mecanismos de acceso a información o participación pública, en violación al espíritu y obligaciones previstas en el Acuerdo de Escazú, ratificado por México”.
El fracking implica riesgos severos e inaceptables para la salud humana y ambiental.
La exposición a contaminantes liberados por esta técnica, como metales pesados, hidrocarburos aromáticos, partículas finas, sustancias radioactivas y disruptores endócrinos, se ha vinculado con malformaciones congénitas, abortos espontáneos, cáncer, daños neurológicos y enfermedades respiratorias crónicas, incluso a bajas dosis y en poblaciones alejadas de los pozos.
Estos efectos son especialmente graves para niñas, niños, personas gestantes y adultos mayores, y se intensifican por la falta de regulación, monitoreo independiente y transparencia, precisaron.















