Por PAULO RUIZ VARGAS
Foto: Rafael Rodríguez
Durante 2020 la Procuraduría Estatal de Protección al Medio Ambiente (PMA) clausuró el relleno sanitario de Promotora Ambiental (PASA), lo que provocó que los costos de traslado al relleno de Tihuatlán aumentaran y con ello que PASA descuidara otras áreas.
PASA está obligada por convenio a mantener en la medida de lo posible las unidades limpias y evitar el riego de lixiviados, incluso al saneamiento de la zona si lo hace, pero ahora los traslados al nuevo relleno generan costos y tiempo de traslado no previsto a la empresa, lo que es notorio en la calidad del servicio.
Los camiones recolectores se han visto más sucios desde el cierre de su relleno, y las quejas de los usuarios surgieron nuevamente en torno a la estela de pestilencia y los lixiviados que escurren, ahora con mayor frecuencia.
Entre sus obligaciones, PASA no debe causar reiteradamente molestias innecesarias a los beneficiarios del servicio y a la ciudadanía, según consta en el contrato en la cláusula cuarta, apartado XIV.
Algo que es preciso anotar es que en caso de documentar más de cinco infracciones al reglamento de Ecología y Medio Ambiente en un plazo menor a un mes, de acuerdo al Artículo 52, capítulo III, de dicha norma, el ayuntamiento puede exigir la rescisión del contrato.
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