Tuxpan, Ver. – A pesar del descenso de la temperatura y del fuerte oleaje del mar, cientos de bañistas aprovecharon el viernes santo para disfrutar de las frías aguas de las playas tuxpeñas.
No fueron las multitudes que se aglomeraban como durante el Domingo de Ramos o el miércoles pasado, fue una cantidad mucho menor, pero contra el mal tiempo, el escaso turismo cumplió su cometido de bañarse en el líquido salado.
Los visitantes comenzaron a llegar a las playas de Barra Norte desde temprana hora, pero la afluencia comenzó a aumentar pasado el mediodía.
Autoridades de Protección Civil y de Marina, así como elementos de bomberos y de Guardianes de la Playa mantenían vigilancia constante para prevenir accidentes y, aun cuando recomendaban a los asistentes no introducirse a las aguas, la gente hacia caso omiso y se exponía a la marea.
Como medida preventiva, se había delimitado el área de las escolleras para prohibir el acceso a las personas, debido a que es una zona sumamente peligrosa, tanto, que el jueves por la mañana ya había cobrado dos vidas.
Sobre la arena y en las aguas era posible observar familias completas, algunas, incluso, abrigadas, mientras que, bajo las palapas, muchos visitantes más comían o bebían, a pesar de que el agua de la tenue llovizna se filtraba y mojaba por los techos hechos de palmas.
Salvavidas y vigilantes lamentaban que, pese a las recomendaciones y exhortos de no meterse al agua, la gente no entendía.
Fue un viernes santo gris para los comerciantes y prestadores de servicios, pues la esperada llegada masiva de turistas ya no se cumplió como esperaban, pues el paso del frente frío número 47, trajo consigo lluvias, vientos y bajas temperaturas.
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