Estás haciendo parapente en el Gran Cañón (Estados Unidos) y poco después te encuentras frente a una cascada en Vietnam. Unos minutos después te conviertes en dron y comienzas a inspeccionar desde el cielo una inmensa planta de paneles solares. Ahora estás rodeado de zombis sangrientos por todas partes que se acercan despacio, pero sin dudar, hacia ti. Caminan hasta que uno de ellos se inclina sobre tu cabeza. Antes de gritar una voz te avisa de que ya puedes quitarte el casco. Es Brian Krzanich, CEO de Intel y quien ha organizado una presentación «mucho más divertida de lo habitual». Su compañía está mostrando en el CES de Las Vegas todas las posibilidades que se abren con el uso de su tecnología de realidad virtual. «¿Cuántos de nosotros podríamos ir a escalar el Everest? Seguramente ninguno. Ahora, todo podemos hacerlo, desde el salón de nuestra casa. La realidad virtual lo está haciendo posible», sostiene. Intel ha enfocado su tecnología como una plataforma abierta en la que otras empresas, como Samsung, Amazon o Google (con GR, Oculus y Daydream, respectivamente), puedan construir y crear contenido.
Krzanich divide en tres grandes campos su apuesta: viajes, trabajo y juegos. «¿Por qué viajamos? Para explorar, para conocer. Con la realidad virtual hemos llevado el vídeo a otro nivel, ha dejado de ser algo plano, ahora quieres moverte tú en el espacio», señala. Así, en cuanto te pones el casco, ves cómo salpica la cascada en el río, pero también cómo mueven los bueyes la cola a tu lado. Es una visión de 360 grados. «Este tipo de viajes inmersivos te permiten explorar», apunta.
Intel asegura que otra de las grandes aplicaciones para la realidad virtual es el trabajo. «Hay muchas personas desarrollando tareas peligrosas ahora mismo: inspeccionar puentes o estaciones petrolíferas son solo ejemplos. La tecnología puede eliminar el riesgo de estos trabajos», explica. Para demostrar que es posible, Krzanich pide volver a ponerse el casco. Estás sobrevolando en directo cientos de hectáreas de paneles solares, estás controlando el trabajo que hace un dron de servicio, te has convertido en el dron. Todo en tiempo real y, de nuevo, con 360 grados. «Esta tecnología puede salvar vidas, ahorrar dinero y tiempo», dice Krzanich.
El País/Tecnología
















