El fotógrafo australiano Tobias Baumgaertner captó el momento exacto en que una pareja de pingüinos se abraza ante las luces de la ciudad de Melbourne. Una vez más queda demostrado que en ocasiones, el afecto entre animales puede servir como un gran ejemplo que pueden tomar los seres humanos alrededor del mundo. Pues en Melnbourne, Australia, el fotógrafo australiano Tobias Baumgaertner captó un momento exacto en el que dos pingüinos azules se abrazaron en la cúspide de una roca que tiene como vista de fondo las luces de la ciudad australiana.
«El amor es el único juego en el que ganamos incluso cuando perdemos.»
–T.R.
La historia de esta imagen surge debido a que estos dos pingüinos decidieron separarse del grupo con el que viajaban y se pararon en la roca. Sin embargo, eso no es todo. Un cuidador que comúnmente acompaña a los pequeños emplumados, le contó a Tobias Baumgaertner que recientemente ambos habían perdido a sus respectivas parejas, lo cual hizo más emotiva aún dicha imagen.
La mayoría de los pingüinos son monógamos, ya que se aparean con la misma pareja año tras año. Su sistema para reconocerse entre sus pares es la voz. Cada espécimen tiene una entonación distinta, lo que permite que también las crías encuentren a sus padres y que, entre grandes grupos, cada uno tenga un distintivo propio.
La empatía también parece existir en el reino animal. Mucho que aprender de estos dos.
Crédito: culturainquieta.com
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