Tuxpan, Ver.- Quienes la ven trabajando probablemente no se percatan de inmediato de nada raro, pues se desenvuelve casi con normalidad en la venta de productos artesanales; recibe billetes y monedas y entrega el cambio y la mercancía sin complicaciones, todo con el simple tacto pues es invidente.

Se trata de doña María de los Ángeles Carballo Azuara, de 63 años, quien por lupus perdió las córneas desde los 28 años, es decir, hace 35 años, pero eso no fue impedimento para dedicarse al comercio ambulante para ganarse la vida.

Sentada en el portón lateral de la Catedral Nuestra Señora de la Asunción, la mujer, que es una historia de superación, vende flores artesanales y coronas para el Día de Muertos, elaboradas con palma y hoja de maíz. “Yo doy más barato que otros y lo pueden comprobar preguntando en otros puestos”, señala.

Más aún, sabe leer en sistema Braille, aunque con cierta dificultad, pues la persona que le enseñaba ya no pudo seguir dándole clases, pero su deseo es seguir estudiando el sistema. 

A su edad, se desplaza desde el fraccionamiento Petrópolis, donde paga renta con lo que gana a diario. A veces, cuando no tiene artesanías para vender, se le ve caminando por calles de la zona centro, ofreciendo golosinas. “Voy con mi bastón por delante y al lado me acompaña Dios”, menciona con fe.

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