El engaño pederasta, también conocido como grooming, se genera a través de redes sociales cuando un adulto busca ganarse la confianza de un menor para lograr el abuso sexual o conseguir material pornográfico, sin embargo no se encuentra debidamente tipificado, afirmó Alejandro Villegas Viveros, especialista en materia criminal.
En el caso específico del grooming, Villegas Viveros hizo énfasis en que un niño pequeño que recibe cariño en su hogar, abrazos y besos, difícilmente puede caer en esta trampa.
El exdirector de Prevención del Delito y capacitador independiente, durante conferencia en la Universidad del Golfo de México comentó que otro problema es el sexting, es decir, el envío de material erótico a través de celulares, ya que en ocasiones suele terminar en chantajes por parte del “depredador”.
Este tipo de violencia en ocasiones llega hasta niveles insospechados como la trata de personas, prostitución o lleva a personas al suicidio, por el escarnio social en el que se ven envueltos si sus imágenes íntimas son reveladas en alguna página web.
Los criminales utilizan perfiles falsos para identificar a sus víctimas, por lo general escogen a aquellas personas que pasan episodios de decepción amorosa o susceptibles.
Otro caso que ya se legisla en el estado es la pornovenganza, cuando la pareja sentimental comparte imágenes íntimas, pero al terminar la relación son publicadas de manera dolosa, por ello recomendó no compartir contenido explícito durante la etapa de enamoramiento, en la que muchos adolescentes y jóvenes permanecen ciegos por este efecto.
Por Paulo Ruiz Vargas
