La Iglesia católica está de luto y es el único día sin misas, pero la buena noticia es que Jesús nos asegura que después de la muerte nos espera la vida eterna, señala párroco.
Hipólito Moreno Tapia
Álamo, Ver.- Decenas de fieles católicos de distintas comunidades participaron con devoción este Viernes Santo en la remembranza de la Pasión y Muerte de Jesús de Nazaret, con la representación del Viacrucis por calles de las localidades La Unión, Jardón Viejo y Estero del Ídolo.
Junto con el padre Efrén Gaspar Santiago San Judas Tadeo, los feligreses iniciaron el recorrido desde la capilla Espíritu Santo del ejido La Unión, para avanzar a través de las 14 estaciones hasta llegar a la parroquia San Judas Tadeo, ubicada en Estero del Ídolo, la cual abarca 23 comunidades.
El párroco señaló que la cruz que carga actualmente la sociedad es la falta de fe, ya que la sociedad enfoca la mirada en lo terrenal. “Nos falta dejarnos alcanzar por este mensaje de Jesucristo, que es una buena noticia, porque nos asegura que después de esta vida y después de la muerte nos espera la vida eterna”, indicó en entrevista.
Agregó que el Evangelio ha sido sembrado como semilla y, al encarnarse Jesús en este mundo, se hace y se siembra también la semilla del Reino del Señor, que es más grande que el poder de las tinieblas, del pecado, de las debilidades y flaquezas del hombre.
“El amor de Dios ha triunfado sobre el pecado y esa es la verdad cristiana que nos anima. Más allá de nuestras deficiencias y de nuestras limitaciones, hay una posibilidad de enmendar el camino gracias a la misericordia y el perdón de Dios”, enfatizó el padre Efrén.
Añadió que, por ahora, este viernes la Iglesia católica está de luto y es el único día en el que no hay misas, pero atajó que “este sacrificio refleja el amor de Dios en la persona de Jesús, que se sacrifica, y ante ese gran misterio de amor que se da generosamente no nos queda más que admirar y asombrarnos y dejarnos impresionar por este milagro”.
“Estamos en el Año de la Familia, precisamente para invitar a que las familias abran la puerta de su casa y de su corazón al Evangelio, a Jesucristo, y este es el resurgimiento de una restauración de la sociedad. Cuando el Evangelio llega al corazón de la sociedad, que es la familia, vendrá la recomposición de una situación de muerte, de una resurrección y vida nueva. Entonces, el amor de la familia no se va a construir más que del amor de Dios”, concluyó.
