Poza Rica, Ver.- La oveja negra de la familia Rivera Garza, César Ulises, dice no tener memoria y, en sus elucubraciones mentales, -producto de sus excesos y devaneos-, ahora imagina que todos lo quieren extorsionar, cuando el pueblo pozarricense conoce y sabe que siendo el “hijo pródigo”, no sería nada por sí solo, sino gracias a las relaciones de su familia.
César Ulises Rivera Garza, mejor conocido como el Lobito, ahora quiere borrar su negro historial y parecer un ciudadano bueno y honesto, incluso negando la amistad de expolíticos que en su momento lo encumbraron y que ahora lo califican como un “malagradecido, muerde manos”.
Solo basta recordar la relación que sostuvo con el ex alcalde, diputado y secretario de Salud, Pablo Anaya Rivera, con quien hizo “sucios negocios” que implicaron la asignación de contratos directos a Farmacia París, S.A. de C.V. de medicamento apócrifo, caduco y hasta pruebas falsas de VIH durante el gobierno de Javier Duarte de Ochoa, que les dieron a ganar millones de pesos.
Después de que Anaya Rivera fuera cesado del cargo como secretario de Salud, el 7 de marzo del 2013, la Auditoría Superior de la Federación dio a conocer las irregularidades que surgieron de la revisión de la cuenta pública de 2011, lo cual ocurrió el 3 de marzo de 2013.
Un reporte preeliminar de la ASF, la Secretaría de Salud y Servicios Sanitarios de Veracruz reveló que no pudieron esclarecer el gasto de más de 72 millones de pesos que originalmente fueron destinados a servicios de atención del Seguro Popular.
Fue en esta época cuando salieron a relucir la falta de medicamentos y la aplicación de agua destilada en vez de quimioterapias a niños con cáncer, donde se vio inmiscuido César Ulises Rivera Garza, El Lobito, quien ahora se da golpes de pecho y se hace la “inocente palomita”.
Pero lo que no se le debe olvidar es que durante la gestión de Pablo Anaya como secretario de Salud, el presidente de esa comisión en el Congreso local era Rivera Garza, a quien acusan de conocer y firmar toda la documentación que dieron como resultado la aprobación de las cuentas del entonces secretario de Salud.
Lo anterior es una mínima parte de lo que hizo como diputado local César Ulises Rivera Garza, sujeto que apenas y pudo terminar una carrera universitaria, que apenas y sabe expresarse y al que le cuesta mucho trabajo ordenar ideas, al grado de apodarlo en el ambiente político El Cantinflas.
Tras su debacle en el PRI, César Ulises Rivera Garza intentó seguir su frustrada carrera política saltando de partido en partido, por lo que desfiló en el PRD, Partido Acción Nacional y ahora compró su ingreso al instituto político de la maestra Elba Esther Gordillo, Redes Sociales Progresistas, donde lo único que pretende es hacer nuevamente regidor a su pareja… en el ambiente político, Juan Carlos Ortiz Christfield, quien va en la primera posición de su planilla.
Pero de los devaneos y excesos del que se dice empresario farmacéutico, César Ulises Rivera Garza, daremos cuenta más adelante, porque esa, esa es otra historia.