¿Quién fue el verdadero culpable del asesinato de John F. Kennedy? Esta incógnita sobre la cual versan innumerables teorías y conspiraciones se ha convertido en el mayor misterio en el imaginario popular de la historia reciente de Estados Unidos, y ahora el presidente Donald Trump tiene la posibilidad de divulgar miles de documentos secretos que podrían echar luz sobre la cuestión.
Los Archivos Nacionales mantienen bajo su custodia unos 3.100 expedientes clasificados sobre el asesinato del que fuera presidente de Estados Unidos entre 1961 y 1963, que los historiadores y expertos en el tema creen que pueden aclarar el magnicidio y quizá cambiar la historia oficial.
Ahora, los responsables de los Archivos Nacionales tienen hasta el 26 de octubre para decidir cuáles de esos documentos, en su mayoría pertenecientes a la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) y la CIA, pueden salir a la luz y cuáles deben seguir en secreto.
Pero la última palabra la tendrá el actual presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien tiene la autoridad final para decidir la publicación de los archivos o demorarla durante otros 25 años.
La divulgación de estos documentos responde a la «JFK Records Act», una ley aprobada en 1992 a raíz del renovado interés despertado por el caso tras el estreno de la película «JFK», en la que Oliver Stone daba su visión sobre el asesinato cometido el 22 de noviembre de 1963 en Dallas, estado de Texas.
En su filme, Stone planteaba una hipótesis defendida por los investigadores Jim Garrison y Jim Marrs en sus respectivos libros «On the Trail of the Assassins» y «Crossfire: The Plot That Killed Kennedy«, que alimentaba las viejas teorías conspirativas y descartaba el informe oficial de la famosa Comisión Warren, que apuntó a un solo hombre como responsable: Lee Harvey Oswald.
En el momento de su estreno, el expresidente Gerald Ford, que integró la Comisión Warren, tildó la película de «fraude» y lo calificó como «la gran mentira».
Veintiséis años después, otros dos estudiosos del drama de Dallas, Roger Stone and Gerald Posner, ambos del New York Times, esperan con ansiedad la divulgación de los nuevos documentos con la esperanza de que respalden sus propias teorías.
Pese a coincidir en el mismo diario, Stone y Posner defienden teorías totalmente contrapuestas.
En caso de que Trump no autorizase la divulgación de los documentos, como es su prerrogativa como presidente, podría ordenar que no vean la luz durante otros 25 años.
Sobre otro caso polémico de la época, el anterior presidente, Barack Obama, decidió retrasar la publicación de los documentos de la CIA sobre la invasión de Bahía Cochinos, lo que impide aclarar el alcance del compromiso de Kennedy de ayudar al puñado de exiliados cubanos que intentó derrocar en 1961 a Fidel Castro.
Con información de EFE
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