Desolación en el sector más marginado de la zona urbana de Álamo, a más de un mes de las inundaciones del 10 de octubre
Hipólito Moreno Tapia
Álamo, Ver.- Transcurridos 33 días desde que el río Pantepec se desbordó y arrasó con la colonia Nuevo Amanecer, las 77 familias de este sector marginado y empobrecido siguen viviendo las secuelas de la tragedia.
De acuerdo con Damián Cuervo Mejía, representante de la colonia, 20 viviendas desaparecieron por completo y el resto quedó severamente dañada o reducida a escombros.
El 10 de octubre, el brazo del río que corre junto al asentamiento se desbordó tras intensas lluvias, provocando una crecida repentina que destruyó todo a su paso.
Las familias fueron evacuadas hacia albergues en las localidades de Pueblo Nuevo y Chapopote Núñez, mientras que otras se refugiaron temporalmente con familiares. Sin embargo, varias de esas zonas también sufrieron inundaciones posteriores, obligando a muchos a desplazarse nuevamente.
Un mes después, el panorama sigue siendo desolador: las pocas calles están intransitables y las familias que lograron regresar lo hacen entre restos de lo que alguna vez fueron sus viviendas. Un enorme árbol de álamo de casi 20 metros de altura cayó durante la crecida y fue arrastrado varios metros, causando destrozos adicionales en una casa y un taller mecánico.
Aunque los damnificados han recibido despensas, víveres y apoyos económicos de hasta 20 mil pesos del programa Bienestar, aseguran que la ayuda es insuficiente. Lo que más necesitan, dicen, son materiales de construcción y otros apoyos para reconstruir o levantar las casas.
La colonia Nuevo Amanecer fue fundada hace 13 años sobre un predio irregular junto al río, donde las familias se asentaron ante la falta de vivienda y las dificultades económicas. Desde entonces han vivido sin servicios de agua potable, drenaje ni energía eléctrica. Hoy, tras la inundación, su situación es aún más precaria.
“Seguimos igual o peor que el primer día. No hay trabajo, no hay luz, no hay agua. Solo queremos volver a tener un techo”, expresó Damián Cuervo, cuya vivienda también fue cubierta por completo por el agua.
A más de un mes del desastre, el recuento de daños revela la magnitud de una emergencia que aún no termina para las familias de Nuevo Amanecer, quienes siguen padeciendo los estragos al igual que miles de habitantes de otras colonias, incluida la zona centro de la ciudad, además de decenas de comunidades.
