Álamo, Veracruz — La emergencia persiste en Álamo y sus comunidades tras la inundación que ha dejado grandes afectaciones. El puente principal de acceso a la zona se encuentra colapsado, permitiendo el paso únicamente a pie o en motocicleta, lo que ha complicado el ingreso de ayuda y la salida de personas en situación vulnerable.
La población expresa su inconformidad ante lo que consideran una respuesta insuficiente por parte de las autoridades, señalando que instituciones y corporaciones están rebasadas ante la magnitud del desastre. Las filas para recibir una despensa son largas, mientras en los albergues se reporta falta de suministros básicos. A pesar de que todas las corporaciones de auxilio están activas, la ayuda no es suficiente para atender a todos los damnificados.
Equipos de bomberos han llegado desde Nuevo León, Tlapacoyan y otros puntos del país, sumándose al esfuerzo de apoyo. Asimismo, diversas comunidades vecinas han comenzado a llevar alimentos y agua a las zonas más afectadas, ante la escasez de víveres y el corte del suministro eléctrico en varias áreas.
El panorama es incierto: no hay cifras oficiales sobre víctimas mortales o el número exacto de damnificados, debido a que muchas zonas permanecen incomunicadas, sin señal de teléfono ni energía eléctrica. Familias enteras aún no tienen noticias de sus seres queridos, y en las calles se observan animales muertos y restos del desastre.
En este escenario devastador, la solidaridad ciudadana se ha convertido en el mayor sostén para quienes lo han perdido todo. La ayuda espontánea de personas y grupos independientes ha sido constante, aunque la población insiste en que la respuesta de los tres niveles de gobierno ha sido tardía e insuficiente.
Mientras tanto, en colonias ribereñas totalmente arrasadas, persiste la necesidad urgente de agua potable, alimentos y atención médica, en medio de una emergencia humanitaria que apenas comienza a dimensionarse.
