CERRO AZUL, VER.- A tres años del incendio que arrasó por completo una conocida tienda de autoservicio en el centro de la ciudad, uno de los principales clamores de la población es contar ya con un cuerpo formal de bomberos debidamente equipado con al menos una unidad de respuesta rápida.

En el marco del tercer aniversario de ese desastre (ocurrió el 14 de agosto de 2019), en el que las pérdidas económicas no sólo fueron para la empresa sino también para la plantilla de trabajadores que se quedó sin empleo, las autoridades municipales (anteriores y actuales) parece que no se han preocupado en gestionar siquiera la adquisición de un vehículo de contra incendios que permita atender cualquier emergencia.

Los cuestionamientos y críticas a la actual Administración municipal alcanzaron, incluso a la Dirección de Protección Civil a la que señalan de no realizar operativos de inspección en comercios y empresas, como medida de prevención.

A través de redes sociales, la ciudadanía lamentó que dicha dependencia sólo realiza simulacros cuando se los exigen desde Xalapa y durante el mes de septiembre, cuando se conmemoran los sismos de 1985 y 2017, cuando debería hacerlo por iniciativa propia y acordes a la necesidad del municipio.

En este contexto, familias del centro citadino han propuesto instalar una red de hidrantes para abastecer de agua a las unidades de contra incendio en un siniestro dado, pues todavía existen decenas de viviendas conocidas como “camillas”, construidas a base de madera durante el auge de la época petrolera.

Mientras tanto, y debido a que el cuerpo contraincendio de PEMEX ya no atiende a la población en general, Cerro Azul se encuentra a merced de los siniestros tanto en área urbana como rural, supeditado al apoyo de poblaciones aledañas como Álamo, Naranjos y Tuxpan.