Cazoneños no olvidan el daño que dejó Grace

CAZONES DE HERRERA, VER. – La tarde-noche del viernes 20 y madrugada del sábado 21 de agosto del año pasado será imborrable para los miles de damnificados por el huracán Grace, y Cazones no podía ser la excepción pues fue punto del impacto del meteoro, dejando cientos de casas destrozadas, pero afortunadamente sin víctimas mortales.

La mañana del 21 la escena era aterradora ante las afectaciones hacia todos lados, árboles, postes y cables de CFE y Telmex caídos, bardas además de que las zonas de playa fueron devastadas por la fuerza del viento.

Las primeras tareas realizadas por civiles fue limpiar las carreteras hacia la cabecera municipal y en las 37 comunidades para el acceso de la ayuda, agua y despensas, era el clamor generalizado ante la falta de energía eléctrica, sin Internet, son masa, tortilla y la poca agua embotellada que había en las tienditas se acabó en dos días.

Cazoneños no olvidan el daño que dejó Grace, el 21 de agosto del año pasado

La entrada de la Marina, SEDENA, grupos rescatistas de Monterrey y otros estados del país sirvió para agilizar la limpieza de caminos, luego entró la ayuda alimentaria y en algunas comunidades y cabecera, se instalaron cocinas comunitarias y purificadoras de agua; poco a poco regresaba la tranquilidad pero el daño ya estaba hecho.

Hubo entrega de apoyos Bienestar, recurso, estufas, refrigeradores y camas, pero hasta ahora, más mil personas la mayoría con tirilla, nunca recibieron nada. Por desgracia, muchos que no eran damnificados recibieron apoyos.

SUFREN LA PÉRDIDA DEL EMBLEMÁTICO ÁRBOL DE CEIBA

En la comunidad La Ceiba, una de las enormes y pesadas ramas del emblemático árbol de ceiba, había sido derribado por el huracán, y eso dolió mucho a los habitantes de este poblado, y posteriormente, el 20 de diciembre, durante la madrugada una segunda rama se desgajó al quedar dañada desde el paso de Grace, y destrozó una vivienda donde por fortuna, no hubo víctimas mortales, solo un lesionado en una pierna.

El temor de que la última rama también se cayera, cundió entre los pobladores de La Ceiba, ya que, en ocasiones, escuchaban que «tronaba» por lo que dieron aviso a Protección Civil Municipal y con apoyo de la Secretaría de Protección Civil del Gobierno estatal, personal especializado acudió a hacer el estudio y determinaron que era necesario derribar la rama, es decir, sólo quedaría el tronco.

Aunque hubo inconformidad, al final aceptaron ante el miedo de que ocurriera una desgracia y también fue derribada.

Asi terminaron más de 250 años de antigüedad de tan enorme árbol.