Decenas de personas que se dirigían hacia la playa de Chaparrales, entrando por la cabecera municipal, tuvieron que regresar hacia el crucero que conduce hacia la ruta de los kilómetros, para entrar por El Morisco, ya que el departamento de Turismo Municipal brilló por su ausencia, en plena temporada vacacional de verano y no hubo nadie que orientara a los visitantes.
Ayer hubo paso hasta las 12 horas del día.
Trascendió que, debido a las constantes lluvias en lo alto de la Sierra Norte de Puebla, los escurrimiento arrastran toneladas de lirio o reina del agua, además de palizada, lo que forma un bloque verde en el río Cazones, justo en el lugar donde opera la balsa que cruza vehículos de la cabecera, hacia la ruta cien por ciento turística de Chaparrales.
El ingeniero Fernando Garzón, con ocho de sus familiares, se desplazaban en dos vehículos. Entrevistado en la entrada a la cabecera, y la carretera hacia La Barra, lamentó que «ni la Policía Municipal, ni Transito nos dicen nada. Nosotros hemos decidido vacacionar en Chaparrales y la verdad qué pena, que no haya nadie que nos oriente de una vía alterna», indicó.
La balsa ha dejado de operar por horas desde el pasado jueves, debido a la presencia de lirio, ya que aunque se eche a andar la máquina, simplemente no funciona, dijo un empleado.
Esta situación afecta no solo al turismo, si no a prestadores de servicios como los taxistas y unidades de Mixto Rural.
