El ataque al Hospital Nasser deja muertos, heridos y agrava la crisis humanitaria en el sur.
El domingo por la noche, el ejército israelí atacó el Hospital Nasser, ubicado en la ciudad sureña de Jan Yunis, en el sur de Gaza, el hospital más grande de la región. Según informó el Ministerio de Salud de Gaza, el bombardeo causó un incendio masivo en el área quirúrgica del hospital, resultando en la muerte de al menos una persona y múltiples heridos. A pesar de que las autoridades israelíes no han emitido una declaración oficial sobre el ataque, este se produce en medio de intensos bombardeos aéreos que desde la semana pasada han retomado la guerra en Gaza.
El hospital Nasser ya había sido severamente afectado por los ataques anteriores, con una creciente cantidad de muertos y heridos que llegaron allí buscando atención médica en las últimas semanas. De acuerdo con el Ministerio de Salud de Gaza, más de 50,000 palestinos han muerto desde el comienzo de la guerra, y la cifra de heridos supera los 113,000.
Horas antes del ataque al hospital, se informó que los bombardeos israelíes durante la madrugada mataron a al menos 26 palestinos. El ejército de Israel ha declarado que su ofensiva tiene como objetivo eliminar a los milicianos de Hamas, pero las víctimas civiles continúan siendo numerosas. En respuesta a estos ataques, la comunidad internacional ha expresado preocupación por la creciente cantidad de muertos y la destrucción masiva de infraestructuras, incluidas las instalaciones médicas.
A nivel interno en Israel, las tensiones también aumentan. Cientos de personas se manifestaron el domingo frente a la oficina del primer ministro Benjamin Netanyahu en Jerusalén, exigiendo un cambio en la dirección del gobierno y protestando contra su manejo de la guerra. La situación política interna de Israel está marcada por un aumento de la desconfianza hacia Netanyahu y su coalición, especialmente tras un voto para destituir al fiscal general, percibido por muchos como un intento de consolidar poder dentro del gobierno.
Además, el ejército israelí ha emitido órdenes de evacuación en varias zonas de Gaza, como Tel al-Sultan en Rafah, donde miles de personas se han visto obligadas a huir bajo fuego. La situación es desesperante, con relatos de desplazados que narran el horror de moverse por las zonas de conflicto, rodeados por disparos y bombardeos.
La guerra, que se reanudó tras el fin de un alto el fuego temporal, ha generado un clima de desesperación tanto en Gaza como en Israel, con cada bando acusando al otro de violar los acuerdos y de generar sufrimiento en la población civil. Mientras tanto, la comunidad internacional sigue pidiendo un alto el fuego y el inicio de conversaciones para poner fin a la violencia.