El lanzamiento de misiles estadounidenses contra posiciones del Ejército sirio de Bachar el Asad ha sido recibido este viernes por Rusia —aliado de Damasco— como una “agresión a un Estado soberano” y ha hecho que el Kremlin amenace con terminar la cooperación militar que mantiene con EE UU para derrocar al Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés). La Casa Blanca ha intervenido por sorpresa esta madrugada en represalia por el ataque químico que el pasado martes acabó con la vida de 86 personas en la ciudad siria Jan Sheijun.
La Alianza Atlántica ha respaldado el ataque ordenado por EE UU y ha culpado al régimen de Bachar el Asad de que ocurriera. “El régimen sirio es el responsable absoluto de esta novedad. La OTAN ha condenado el uso continuado de armas químicas por parte de Siria como una clara violación de las normas internacionales. Cualquier uso es inaceptable y no puede quedar sin respuesta”, ha justificado el secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg, en un comunicado.
El País