Prácticas de corrupción que se pregonaban abatidas, pero que están más vigentes que nunca, congestionamientos viales, semáforos inservibles, vehículos estacionados en doble fila y caos en las zonas más importantes de la ciudad, son la nueva cara de la Delegación de Tránsito y Seguridad Vial en esta ciudad.
Las críticas y quejas de los automovilistas se suman por docenas y el reclamo es principalmente porque la Delegación de Tránsito y Vialidad parece sólo asistir como testigo mudo al caos vehicular diario, con el argumento fácil de que “no hay recursos ni personal”.
Mientras tanto, los choques de vehículos, embotellamientos y la anarquía vial han convertido las calles de la ciudad en verdadera tortura durante las vacaciones decembrinas y el temor de los automovilistas es que durante el próximo regreso a clases el problema se agrave.
Este temor se ha extendido entre transportistas quienes amagan con organizar acciones de protesta para exigir que la Delegación de Tránsito se haga responsable de la circulación vial antes que la anarquía termine en accidentes de funestas consecuencias o los congestionamientos viales y sus consabidas pérdidas económicas, se tornen más graves.
Por REDACCIÓN












