Cazones de Herrera, Ver. – Ni con los clásicos «baños de pueblo», se recupera Orlando Landín, quien quiere volver a sentarse en la silla municipal ahora bajo la sombra del Sol Azteca, pero quienes lo conocen, saben que muestra profunda preocupación porque cada vez bajan las preferencias a su favor y otros candidatos, engrosan sus filas.
Quienes lo acompañan en su acalorado peregrinar tocando puertas, lo notan molesto, sin el ánimo con el que empezó su jornada proselitista, y no es para menos, pues muchas personas se han alejado disimuladamente de quien creían, sería el mejor de los candidatos pero ya se dieron cuenta de que sólo busca favorecerse a sí mismo, como ocurrió cuando fue alcalde por primera vez donde dejó una estela de corrupción y hasta mal trato a muchos empleados que ahora, lo castigarán con el voto hacia otros colores.
Lo que desilusionó a los cazoneños fue, primero, el hecho de no participar en el debate entre candidatos a alcaldes; lo que demuestra inseguridad y temor por parte del suspirante perredista, cuyos líderes estatal, nacional y distrital, esperaban verlo aplastar a sus contrarios, pero ni siquiera acudió al OPLE para preguntar cómo era el registro.
Para colmo, cada cierre de recorrido de campaña, termina en broncas porque fluyen ríos de alcohol.
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